En el rugby es común armar el "equipo ideal" de un torneo o de una fecha específica, seleccionando a los mejores exponentes en cada puesto. Ahora, ¿y si lo que se construyera es un "jugador ideal", tomando prestadas virtudes de varios? Esa fue la consigna para José María Núñez Piossek, un personaje que no necesita demasiada presentación: basta con decir que se trata del mayor anotador de tries en la historia de Los Pumas. El concepcionense aceptó el desafío de LA GACETA de construir esta especie de "Frankestein" rugbístico a partir de virtudes de jugadores que hubiera tenido como compañeros o como rivales a lo largo de su carrera deportiva.
- El tackle de: Hugo Dande. Nunca vi nada igual. Antes había una brecha enorme entre los seleccionados profesionales y Los Pumas. No grande, enorme. Y en una gira a Australia que hicimos, en un momento estoy en la cancha y escucho ¡PUM! Era un tackle de Hugo. En el equipo teníamos algunos grandotes, pero no con esa potencia. Lo de Hugo eran tackles samoanos, los paraba en seco a los rivales, los partía al medio. Tal es así que es el único jugador al que (Marcelo) Loffreda le dio varias chances de estar en Los Pumas, porque a veces Hugo no quería por temas de trabajo. En esa época no era como ahora, no ganábamos plata con el rugby, y Hugo no quería perder el trabajo porque las giras eran muy largas. Además en esas giras jugabas durante la semana con seleccionados provinciales y el fin de semana con los seleccionados nacionales. Eran durísimas, volvías reventado. Hugo fue un gran jugador que por esas cosas de la vida, Los Pumas se perdieron mucho tiempo.
- El empuje en el scrum de: Alejandro Carrier. El popular "Toro Moto". El corazón y la tenacidad de ese gordo eran increíbles. Pero también lo tengo que incluir a Omar Hasán. Me acuerdo de una vez que estábamos jugando en Sudáfrica, y después de un scrum lo vi con los ojos rojos, parecía que se le iban a salir. Claro, el tipo había hecho una fuerza tremenda en el scrum. Yo no podía creer, le dije que se aflojara el casco, porque de la presión parecía que le iba a estallar la cara. Y bueno, en Francia vivía saliendo mejor pilar derecho todos los años. Me impresionaba su profesionalismo: es el primer tipo que yo vi que tenía una balancita y pesaba lo que comía. Ninguno de nosotros hacía eso, si teníamos que comer milanesa frita le metíamos. Él tomaba leche de soja, leche de almendra. Bajaba a desayunar con sus cosas. Así de profesional era. Y bueno, físicamente era un animal, un monstruo.
- El line: en la adversidad de altura que teníamos en esa epoca, Gonzalo Longo era un tipo que te manejaba el line. Tal vez no saltaba, pero te lo manejaba. Es que había mucha desventaja física. Por eso a veces no entiendo por qué a Los Pumas a veces se les exige que le ganen a todo el mundo. Hay mucho trabajo, pero yo no me olvido de cómo eran las cosas. Recuerdo una vez que fuimos a jugar a Inglaterra, y el capitán de ellos, Martin Johnson, había dicho que la diferencia que tenían sobre nosotros era de 20 puntos. Nos ganaron 19-0. Pero años después, fuimos y les ganamos allá. Hubo una evolución. Y yo por dentro pensaba: hablá ahora, Martin Jonhson, ja ja.
- La velocidad de: Santiago Gómez Cora. Volaba. En dos pasos ya estaba allá. Me acuerdo un seven contra Fiji, en un momento dentro de las 22 nuestras amago que voy a patear y me corto por el medio, pero inmediatamente tenía tres fijianos encima. Y apareció Gómez Cora, le pasé la pelota y el tipo desapareció. Los tres fijianos no lo pudieron alcanzar. Y ahí dije: está loco este tipo. Por eso metió tantos tries. Lo que sí, en un momento se le empezaba a notar el cansancio. Es que no había la base física que tienen los de ahora. Vos lo ves a Moneta, te mete cinco tries corriendo toda la cancha y sigue corriendo igual, le ves la cara y está impecable. Yo me acuerdo que mi debut fue en Hong Kong: en mi primer partido, le hice un try a Taiwan, en el que me escapé desde las 22 nuestras. Me corté solo, venía mirando y no me seguía nadie. Con todas las ganas seguí corriendo y apoyé, pero cuando me levanté no sabía ni dónde estaba. Me daba vueltas todo, estaba mareado. Claro, hacía como 200 grados y había una humedad terrible, no me entraba el aire. Por supuesto, me hice el tonto para que no se dieran cuenta y no me sacaran, porque pensé que no me iban a llamar más ja ja.
- El cambio de paso de: Tristán Molinuevo. Cuando éramos chicos sobre todo. Yo jugue todo juveniles con él, una cosa tremenda. Y también me gustaba un jugador de los All Blacks, Christian Cullen. Jugadorazo, el mejor que enfrenté en mi vida. Pisaba acá, allá, un crack.
- El pase de: Juan Martín Hernández. De la forma que quieras. De rever, con el pie, de costado, de cualquier forma. La ponía donde quería. Y aparte macho para jugar.
- La patada de: Dan Carter. Preciso, nunca la dejaba adentro, efectivísimo. Hacía todo bien. Mirá que después de él hubo grandes aperturas en los All Blacks, pero no fue lo mismo. Y antes de él tampoco, ese tipo marcó una era.
- El juego aéreo de: Lucas Ostiglia. Un jugador muy infravalorado, muy completo. En el Mundial 2007 para mí fue el mejor jugador de Los Pumas. Si ves los partidos, seguilo. Era una máquina. La rompía.
- La conducción del juego de: Agustín Pichot. Y también me gustaba Nicolás Fernández Miranda. Te sabían manejar el partido.
- La inteligencia: (duda un rato)...creo que Felipe Contepomi. Un tipo pícaro para jugar, sabía sacar ventaja.
- El liderazgo: conocí muchos líderes, pero el 'Tati' (Santiago) Phelan era uno de los que predicaba con el ejemplo. El tipo se estrellaba, te emocionaba. Y cuando le tocaba ser capitán, decía mucho con las palabras. Un tipo muy medido y correcto. Buen tipo. Y buen amigo.
- La arenga: yo conocí tipos que no necesitaban gritar para llegarte al corazón. El mejor ejemplo es el "Tano" Loffreda. Te hacía entrar a la cancha encendido. Y no necesitaba hablar fuerte, le bastaba con decir las palabras correctas. Directo, vertical. De él aprendí que no hay que gritar. Ni antes ni después de los partidos. Ni cuando ganás ni cuando perdés, porque cuando perdés a veces podés decir cosas hirientes. Y cuando ganás, en la euforia podés decir cualquier cosa. Me acuerdo de que el Tano simplemente decía "buen juego".
- La locura: no me tocaron muchos locos, ni como compañeros ni como rivales. Quizás el "Flaco" Rimas Álvarez. Se transformaba cuando entraba a la cancha, era más malo que las arañas. Aparte era tan grande y tan huesudo que se llevaba puesto todo, hasta a los compañeros. Pero era así solo en la cancha.
- El compañerismo de: el "Ninja" (Federico) Todeschini. Un tipo que siempre estaba en los detalles, dentro y fuera de la cancha. Era muy prolijo. Siempre estaba, en el mate, en las reuniones. Y si necesitabas compartir un café, siempre estaba. Un gran compañero el "Ninja".
- El sentido del humor de: Mauricio Reggiardo. Está loco el gordo ese. Qué tipo gracioso. Vos decías "A" y te goleaba. Un personaje. Vivía haciendo bromas. No descansaba. Era como Dios, estaba en todos lados. Ahora, cuando entraba a la cancha, era el diablo.
Bonus track: a pedido del propio Núñez Piossek, se agregó una virtud extra, específicamente para un compañero. "El más coqueto. Lo tengo que poner a Serafín Dengra. Tipo más coqueto y presumido no había. Jugué con él en los Pumas Classic. Coqueto para prepararse para entrar a la cancha, y afuera de la cancha también. Peinadito, perfumito, cremita. Igual, yo jugué contra profesionales europeos, y algunos se limaban las uñas antes de jugar un partido. En serio. Se ponían gel, se bañaban antes del partido, entraban impecables a la cancha".